Tilsa Otta: La poeta que juega con el tiempo
- Yatsiry Monserrat Jiménez Mayen
- 25 feb
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 26 feb
ECOS DE POETISAS
25 de febrero, 2025

En un mundo donde las palabras suelen estar atadas a significados rígidos, la poesía de Tilsa Otta es un recordatorio de que el lenguaje puede ser un juego, un misterio, una galaxia en expansión. Nacida en Perú, Otta ha construido una obra que desafía los límites entre la ciencia, el amor y la imaginación, explorando temas como el tiempo, la energía y la conexión cósmica entre los seres humanos. Su obra, marcada por un lenguaje experimental y una poética de la expansión, no solo invita a reflexionar sobre lo humano, sino también sobre lo infinito, lo abstracto y lo intangible.
Su poesía no se conforma con describir sentimientos; los desarma y los reconstruye con imágenes inesperadas. En Indivisible (2008), su primer libro, el lenguaje fluye con libertad, como si cada palabra fuera una partícula vibrando en el espacio, un susurro cósmico que no conoce fronteras. Los versos de Otta parecen estar hechos de universos enteros, como si, al leerlos, el lector se adentrara en un viaje cósmico, de exploración interna y externa. Esta capacidad de transformar lo cotidiano en algo trascendental se profundiza aún más en Antimateria: Gran poema del espacio exterior (2014), donde la autora no solo mezcla referencias científicas con una sensibilidad lúdica y amorosa, sino que crea versos que parecen provenir de una dimensión paralela. En este libro, el espacio y el tiempo se diluyen para dar paso a una reflexión profunda sobre nuestra existencia en el universo.
"No somos lo que creemos,
somos lo que podemos imaginar."
Este juego con lo abstracto y lo tangible es una constante en su obra. Para Otta, el tiempo no es una línea recta, sino una espiral en la que pasado, presente y futuro conviven en un mismo instante. Esta visión del tiempo como algo múltiple, fluido y transformable, desafía las convenciones de la realidad cotidiana, invitándonos a abrir nuestras mentes y corazones a nuevas formas de entender lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Sus poemas no solo exploran lo que está más allá de los límites de la percepción humana, sino también lo que reside en el interior de cada ser, en sus emociones, recuerdos, y deseos ocultos.
"El tiempo no es una línea recta,
es una espiral que nos arrastra,
nos lleva, nos invita a danzar
en sus órbitas de fuego."
La poeta se apropia del lenguaje de la ciencia, pero no para hacerlo más técnico o racional, sino para fusionarlo con la poesía del alma. En su mundo, el amor y la energía son conceptos que se entrelazan y se transforman, donde la frontera entre lo físico y lo emocional se desvanece. ¿Y si el amor es solo energía en movimiento? ¿Y si el universo es un espejo donde reflejamos nuestras emociones más profundas? Estas preguntas se convierten en la clave para desentrañar su obra, en un llamado a desafiar la lógica establecida y adentrarse en territorios desconocidos, en los cuales el lenguaje y el pensamiento son fluidos y en constante mutación.
Además de la poesía, Otta ha explorado el cine y la narrativa, pero su esencia sigue siendo la misma: una búsqueda constante de nuevas formas de decir, de mirar, de sentir. Su trabajo se caracteriza por una profunda experimentación que la ha llevado a transformar y cruzar géneros, pero siempre con la misma inquietud de mostrar las posibilidades infinitas del lenguaje. En una época donde todo parece ir demasiado rápido, su poesía nos recuerda que la verdadera revolución puede estar en detenerse un instante y observar la maravilla que nos rodea. Como si nos invitara a pausar el reloj, a desconectar de la prisa del mundo para conectar con lo esencial, lo que trasciende el tiempo y lo efímero.
La poesía latinoamericana está viviendo una nueva ola de voces frescas y experimentales, y Tilsa Otta es una de sus representantes más originales. Su obra es una invitación a soñar sin miedo, a abrazar lo desconocido y a recordar que, en palabras suyas:
"No somos cuerpos,
somos constelaciones temporales."
Quizá ahí radique la magia de su poesía: en recordarnos que, aunque el tiempo nos empuje hacia adelante, siempre podemos detenernos a mirar las estrellas. Como un recordatorio de que la verdadera libertad radica en la capacidad de detenernos, mirar al cielo y hacer de cada segundo una eternidad en la que nuestras emociones y pensamientos puedan existir fuera de cualquier restricción temporal. La poesía de Tilsa Otta no solo nos invita a cuestionar el tiempo, sino a experimentar la eternidad de una manera profundamente humana, donde la conexión con el otro y con el cosmos se vuelve palpable en cada verso, en cada respiro.
Por: Yatsiry Mayen
Comments