¿Quién dijo que estábamos acabados? Warriors y Playoffs en serio
- Karla Muñoz
- 23 abr
- 2 Min. de lectura
El Quinto Cuarto
Escrito por: Karla Muñoz
Dicen que la juventud es el futuro, pero en estos Playoffs, los Warriors acaban de recordarle a todos que la experiencia sigue siendo un arma letal. ¡Y cómo no emocionarse! Golden State, mi equipo del alma, dio el primer golpe en Houston y se llevó el partido 1-0 en una serie que pinta para ser todo un duelo generacional.
Con un Stephen Curry que a sus 37 años parece más fino que nunca, y un Jimmy Butler en modo “playoff Jimmy”, los Warriors dieron cátedra ante unos Rockets que, a pesar de su temporada regular espectacular, se vieron superados desde la cabeza hasta los tobillos. Victoria por 85-95 y, lo más importante: se robaron el factor cancha.
Houston venía embalado, con hambre, con juventud, con músculo. Pero los playoffs son otra cosa. Aquí no basta con correr o saltar alto. Aquí se necesita cabeza, corazón y mucho colmillo. Y eso es justo lo que tienen Curry, Butler y Draymond. Butler lo dijo en broma después del partido: “Todavía somos jóvenes... Steph tiene 37, yo 35 y Draymond también”. Y claro, se rieron, pero en la cancha hablaron en serio.
Steph fue imparable: 31 puntos con una eficiencia brutal (12 de 19 en tiros, 5 de 9 en triples). Y Jimmy, su nuevo mejor amigo en esta aventura, aportó 25 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias y 5 robos. Un recital. Y si hablamos de defensa, qué decir del trabajo en equipo. Juntos con Draymond, ahogaron a unos Rockets que nunca encontraron su ritmo. Los dejaron en su anotación más baja de toda la temporada.
¡Toda!
Los números de Houston hablan solos: 17 pérdidas de balón, 39% en tiros de campo y un horroroso 20% en triples. Solo Sengun se salvó con 26 puntos y 9 rebotes, pero lo de Jalen Green y VanVleet fue para el olvido. Ni con 22 rebotes ofensivos pudieron maquillar la falta de ideas. Eso sí, el arranque fue bravo. Ese mate de Sengun sobre Draymond dolió, pero fue flor de un cuarto.
Los Warriors ajustaron, se agruparon, y metieron un parcial de 3-18 que cambió todo. Butler aparecía por todos lados, Steph entró en calor y la defensa se volvió una pared. Al medio tiempo ya tenían un +13 (34-47) y la sensación clara de que tenían el control total.
Y aunque los Rockets intentaron volver, Golden State nunca soltó el volante. Jimmy metió un triple que puso la ventaja en +20 y aunque hubo un último empujón de Houston, la experiencia terminó imponiéndose.
Este partido me emocionó como pocos. Ver a los veteranos brillar, a Steph haciendo magia y a los Warriors jugar con cabeza y corazón... es recordar por qué me enamoré de este equipo. Van de menos a más, vienen del play-in, y aún así, están dejando claro que en los playoffs no hay edad, sólo carácter.
El miércoles toca el segundo round en Houston. Y aunque sabemos que los Rockets no se van a rendir, este primer golpe fue un mensaje claro: Los Warriors están vivos. Y yo, feliz.
¡Hasta el siguiente cuarto!
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