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K-Plus: La gastronomía coreana

  • Foto del escritor: Arantza De la Rosa
    Arantza De la Rosa
  • 17 abr
  • 2 Min. de lectura

Por: Arantza De la Rosa 

@ar.29.a


Hace una década, el kimchi y el bulgogi eran nombres prácticamente desconocidos fuera de Corea del Sur. Hoy, sin embargo, es casi imposible recorrer una ciudad sin encontrar al menos un restaurante coreano, o sin ver en redes sociales recetas de tteokbokki, ramen coreano o clips de idols disfrutando de una barbacoa tradicional. ¿Cómo es que la gastronomía coreana se abrió paso tan exitosamente en el escenario global?


El fenómeno de la ola coreana (Hallyu), que comenzó a expandirse con fuerza a inicios del siglo XXI gracias al K-pop, los K-dramas y el cine surcoreano, funcionó como la puerta de entrada perfecta para otros aspectos de la cultura coreana, incluida su comida. ¿Quién no ha sentido curiosidad por probar el platillo que su personaje favorito come con tanto entusiasmo?


Pero no todo ha sido coincidencia. El gobierno de Corea del Sur, consciente del poder cultural y económico de su cocina, ha impulsado campañas internacionales para promoverla. Desde programas de formación para chefs extranjeros hasta apoyo para la apertura de restaurantes coreanos en el extranjero, Corea ha convertido su comida en una herramienta de diplomacia cultural.


Por supuesto, el sabor tiene mucho que ver, la gastronomía coreana combina a la perfección tradición y modernidad. Sus sabores intensos, la variedad de texturas y el equilibrio entre lo picante, dulce, ácido y fermentado, la hacen única y adictiva. Además, su fuerte enfoque en alimentos fermentados y vegetales la ha posicionado como una opción saludable, lo que la hace aún más atractiva para los consumidores globales.


Además, la identidad visual de la gastronomía coreana ha jugado un papel fundamental en su popularidad. Los platillos no sólo son sabrosos, sino estéticamente atractivos: colores vibrantes, presentaciones cuidadas y una experiencia que va más allá del gusto. Comer comida coreana se ha vuelto un acto cultural, casi performático, donde cada acompañamiento y cada utensilio cuenta una historia. 


Plataformas como YouTube, TikTok e Instagram también han sido clave, ya que esta dimensión visual ha convertido cada comida en un contenido listo para redes sociales, generando miles de publicaciones que alimentan la curiosidad global por probar, replicar y compartir estas delicias, como los mukbangs (transmisiones donde los creadores comen grandes cantidades de comida frente a la cámara) y los videos de recetas. Hoy, la cocina coreana no solo se consume: se explora, se adapta y se celebra, pues esta gastronomía ha encontrado un lugar especial en la mesa global.


 
 
 

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