De las orillas del Magdalena al corazón del mundo
- JOSE RODRIGO ORTIZ QUIROZ
- 7 abr
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 22 abr
Encore
07 de abril, 2025
La cumbia nació en las sabanas y orillas ribereñas de la región Caribe colombiana, como un ritmo mestizo que sintetizaba el alma de tres mundos: el indígena, el africano y el europeo. En sus orígenes, fue música de cortejo y danza ritual, un diálogo sonoro entre tambores africanos, flautas de millo indígenas y cantos en lengua criolla. Desde el siglo XVII, la cumbia empezó a tomar forma como una expresión popular de las comunidades afrodescendientes, marcada por la percusión hipnótica y los movimientos circulares en sus bailes.
Pero lo que comenzó como un fenómeno local pronto encontró caminos para trascender sus fronteras. A mediados del siglo XX, con la expansión de la radio y la aparición de sellos discográficos como Discos Fuentes y Codiscos, la cumbia cruzó los Andes y navegó por los ríos de América Latina. Su sonido se adaptó y se mezcló con las tradiciones musicales de cada país: en México se volvió cumbia sonidera y tropical; en Perú, cumbia amazónica con guitarras psicodélicas; en Argentina, cumbia villera con letras crudas de denuncia social.
Hoy, la cumbia es un lenguaje musical global. Festivales de Europa, Asia y Norteamérica incluyen en sus carteles a agrupaciones de cumbia digital y electrónica. Nuevas generaciones de músicos han reinventado el género, incorporando sintetizadores, samplers y ritmos urbanos sin perder su esencia festiva y comunitaria. La cumbia, como pocas músicas del continente, es testimonio de un mestizaje vivo, de una resistencia cultural que ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder el pulso de su tambor ancestral.
La historia de la cumbia es la historia de una diáspora sonora que empezó en los pueblos ribereños de Colombia y que, a fuerza de baile y memoria, se convirtió en patrimonio sonoro no solo de América Latina, sino del mundo. Los dejo con la recomendación de la semana. Chao

Rodrigo Ortiz "Orogrid"
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