Sor Juana Inés de la Cruz: La llama inextinguible del pensamiento femenino
- Yatsiry Monserrat Jiménez Mayen
- 3 abr
- 2 Min. de lectura
ECOS DE POETISAS
03 de abril, 2025

En la vasta extensión de la historia mexicana, pocas figuras brillan con la intensidad de Sor Juana Inés de la Cruz. Su pluma, afilada y vehemente, atravesó los muros de su celda conventual para alcanzar la inmortalidad literaria. A más de tres siglos de su muerte, su obra sigue siendo un faro que ilumina el intelecto y la valentía de las mujeres que buscan conocimiento y verdad.
Nacida en 1648 en una sociedad que relegaba a la mujer al silencio y la obediencia, Sor Juana desafió las normas desde temprana edad. Se atrevió a aprender a leer antes de los tres años y no se detuvo hasta conquistar las cumbres del saber de su tiempo. Matemáticas, filosofía, astronomía y, por supuesto, poesía fueron campos que dominó con una pasión insaciable. En cada verso de su obra resuena el eco de una lucha íntima: la del derecho al conocimiento en un mundo gobernado por hombres.
Sor Juana eligió el convento como refugio para su intelecto, pero no por ello su espíritu se doblegó. Desde allí, cuestionó los prejuicios de su época con una prosa tan certera como valiente. Su respuesta al obispo de Puebla, bajo el seudónimo de Sor Filotea de la Cruz, es un ejemplo magistral de resistencia intelectual ante la censura y la opresión. No hay espacio en sus escritos para el miedo; solo para la búsqueda de la verdad.
En medio de este entorno adverso, su poesía también fue un refugio donde plasmó sus emociones más íntimas, muchas de ellas dirigidas a mujeres como la virreina María Luisa Manrique de Lara, con quien compartió una profunda amistad que algunos interpretan como un vínculo amoroso. Aunque etiquetar a Sor Juana como lesbiana desde una perspectiva moderna puede ser inexacto, lo cierto es que su pasión y ternura hacia otras mujeres quedan reflejadas en su obra. En su soneto dedicado a la virreina, escribió:
"Que no puede quererme a mí tu pecho,
con cuanto el alma a suspirarte mueve,
ni hay razón, para amar, en la belleza."
Sor Juana Inés de la Cruz, con su espíritu indomable y su capacidad de amar profundamente, probablemente habría disfrutado canciones que desafían las normas como Good Luck Babe de Chappell Roan, una celebración de la libertad de amar sin ataduras.
Reivindiquemos su legado no solo como patrimonio literario, sino como un llamado urgente a cuestionar las estructuras que aún hoy intentan silenciar el pensamiento crítico. Porque Sor Juana no solo escribió para su tiempo, sino para todos aquellos que se niegan a ser encadenados por la ignorancia.
Por: Yatsiry Mayen
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